La diabetes es una enfermedad en la cual el cuerpo no produce o no utiliza adecuadamente la insulina. La insulina es una hormona indispensable para convertir azúcar, almidones y otros alimentos en energía necesaria para la vida diaria.
La diabetes supone ya una auténtica epidemia mundial con una prevalencia estimada de alrededor del 9% de adultos mayores de 18 años, lo que equivaldría a unos 400 millones de personas de forma global. Además se estima que para el 2035 se podría doblar el número de casos y supondría la séptima causa de muerte.
Toda estrategia encaminada a controlar esta enfermedad es bienvenida por la comunidad científica, por los gobiernos y por la población general, y en este sentido la salud bucal o más bien su ausencia parecen tener un papel relevante.
Así mismo, las enfermedades periodontales son de las más prevalentes en el ser humano, y en concreto la periodontitis crónica afecta alrededor del 50% de la población adulta.
La presencia de periodontitis activa, y en especial sus formas más severas, supone un auténtico desafío al organismo ya que el aumento de la inflamación local lleva consigo un aumento de la inflamación sistémica con consecuencias a todos los niveles.
Los factores importantes a considerar al momento de la evaluación del estado periodontal y de la formulación de planes de tratamiento para los pacientes con diabetes, incluyen:
- El grado de control metabólico
- La duración de su enfermedad
- La presencia de otras complicaciones a largo plazo de la diabetes
- La presencia de factores de riesgo simultáneos
- El nivel general de salud.
Se debe enfatizar la reducción de bacterias y la eliminación del biofilm, tanto por encima como por debajo de la línea de las encías. Esto puede lograrse con el curetaje y alisado radicular tradicional además de un excelente cuidado en casa.
Del mismo modo, se ha observado en algunos estudios que el tratamiento periodontal puede mejorar el control glucémico disminuyendo significativamente los valores de hemoglobina glicosilada, un valor referente para el buen control de la diabetes.
El tratamiento debe enfocarse en la prevención de la enfermedad periodontal y de la inflamación oral, que es esencial en controlar las complicaciones orales asociadas con diabetes. Y, porque sabemos que la exposición bacterial es un factor de riesgo para la gingivitis incluso entre pacientes diabéticos sanos, bien controlados, los pacientes deben ser animados a utilizar el hilo dental regularmente y a cepillarse dos veces al día con una crema dental que ofrezca protección antibacteriana.
En definitiva, un control adecuado de la salud bucal puede reportar muchos efectos beneficiosos tanto a nivel local como a nivel sistémico mejorando enormemente la calidad de vida y disminuyendo las complicaciones graves de las personas que sufren diabetes.
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