Después de una intervención dental, se pueden producir una serie de problemas por los que, en algunos de los casos se tiene que acudir a urgencias. Estos imprevistos pueden ser desde molestias, inflamación de la parte intervenida, etc.
Después de una intervención dental, se pueden producir una serie de problemas por los que, en algunos de los casos se tiene que acudir a urgencias. Estos imprevistos pueden ser desde molestias, inflamación de la parte intervenida, etc.
Enfrentarse a una urgencia dental, sea del tipo que sea, suele ser complicado. Aunque alguna de ellas se pueden solventar por uno mismo porque, a simple vista, parece que no revisten gravedad, hay ocasiones que pueden resultar algo más escandalosas y paralizar o hacer perder los nervios. En estos casos es cuando se hace más necesario saber cómo actuar adecuadamente. Esto implica reaccionar con tranquilidad y, a la vez, rapidez.
Situación
Ésta es una de las urgencias dentales por excelencia. De manera repentina, empiezas a sentir un dolor de muelas especialmente intenso y constante que, además, se acompaña de episodios en los que la intensidad del dolor aumenta. Lo más común es que este dolor se deba a una caries.
Solución
Pide cita con tu dentista cuanto antes. Éste debe examinar la pieza dental, determinar la causa del dolor y pautar un tratamiento.
Mientras acudes al dentista
Consulta con tu médico la posibilidad de tomar analgésicos o antiinflamatorios. Eso sí, nunca tomes ninguna medicación sin la prescripción del médico o del odontólogo.
Además, evita los alimentos muy fríos, calientes, duros o dulces y aplica frío en la zona de la mejilla donde está la muela que te duele. Por último, no presiones la zona. Es decir, no te tumbes sobre ese lado de la cara, por ejemplo.
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La llegada de la primavera y las alergias a esta estación puede también suponer un problema para la salud bucodental. Según los datos aportados por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), esta primavera registrará niveles muy altos de pólenes en la mayoría del territorio español. De hecho, en los últimos años las alergias comienzan a notarse con mayor crudeza. La sequedad de la boca y el dolor de dientes son dos de los síntomas más comunes que padecen los alérgicos, ya que, aunque no se suele saber, las alergias primaverales también afectan a la salud bucodental.
Aunque la boca no se presenta como una prioridad cuando comienza la temporada de las alergias, es cierto que se ve resentida. Por ejemplo, con dolor de dientes, provocados principalmente porque el dolor sinusal es un síntoma común del sistema inmunológico cuando lucha contra el polen o el polvo. Los espacios huecos de su cabeza se llenan de moco, lo que le produce dolores en su rostro. Los senos maxilares, los mayores del rostro, se ubican sobre la boca. Cuando estos senos hacen presión, pueden empujar las raíces de los molares superiores. Así, se padece sensibilidad al frío y al calor o dolores que se desplazan cuando uno se sienta, se levanta o se acuesta.
Ahora bien, explica a ABC Salud Héctor J. Rodríguez Casanovas, periodoncista de SEPA y Profesor del Master de Odontología Integrada del Adulto y Pacientes Especiales (MOIAPE) de la Universidad de Sevilla, «lo curioso de este tema es la poca evidencia científica que hay y que, sin embargo, es recurrente en un gran número de webs del mundo».
En este sentido, el experto de SEPA considera algunos aspectos que sí están definidos. En primer lugar, la rinitis alérgica es un culpable común, según la Fundación de Asma y Alergia de América (AAFA), de la congestión de la cavidad sinusal. «Cuando tus conductos nasales están bloqueados, te ves obligado a respirar por la boca más de lo normal. Los tejidos de su boca se resecan por el contacto constante con el aire y la presencia de bacterias». De eta forma, añade, «la falta de líquidos que acompaña a la rinitis alérgica puede hacer que se esté levemente deshidratado».
Asimismo, los antihistamínicos, fármacos recomendados por médicos y farmacéuticos para tratar las alergias, son una causa conocida de sequedad en la boca. «Esto también puede provocar que algunos dolores dentales se manifiesten más».
La alergia es inevitable y sus síntomas solo pueden intentar controlarse acudiendo al médico especialista que sepa recetarnos un tratamiento eficaz para sobrellevar este período. En materia de salud bucodental, los especialistas recomiendan:
· Hidratación: Beber mucha agua para mantener la boca y el cuerpo hidratados. Esto no solo puede contrarrestar los efectos de boca seca, sino que además ayuda a que su cuerpo elimine el exceso de moco.
· Gárgaras con agua salada. Disolver una cucharada de sal en un vaso de agua tibia. Hacer gárgaras y escupir hasta eliminar toda el agua. La sal puede ayudar a eliminar el moco de sus senos, aliviando los síntomas.
· Cepillado y uso del hilo dental. El cepillado y uso del hilo dental regulares son especialmente importantes cuando tiene la boca seca, por lo tanto, hay que asegurarse de cepillarse, como mínimo, dos veces al día y de usar hilo dental al menos una vez en el día.
· Trate sus alergias. Controlar sus alergias puede ayudar a reducir el impacto que tienen sus síntomas en la boca. Es imprescindible visitar al médico para cualquier consulta.
· Consulte con su dentista. Mantener las consultas odontológicas programadas. Si se sintiese dolor de dientes, es necesario decírselo al dentista. El dentista sabrá si la causa es la alergia u otra cosa.
La salud bucal es clave para el bienestar de una persona y es básica para gozar de una buena calidad de vida. La boca es uno de los focos principales por lo que se generan diferentes enfermedades: cáncer de boca o de garganta, infecciones y llagas bucales, enfermedades periodontales (de las encías), caries, pérdida de dientes y otros trastornos que limitan la capacidad de morder, masticar, sonreír y hablar de la persona afectada, al tiempo que repercuten en su bienestar psicosocial.
Fuente: abc.es
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Ante un dolor de muelas intenso se debe solicitar cuanto antes una visita con el odontólogo para que examine la pieza dental dolorosa y pueda, una vez determinada la causa, realizar un tratamiento adecuado. Y es que, en caso de no tratarlo, se pueden afectar los tejidos circundantes, causando problemas graves a nivel de la boca, la cara o el cuello. Pero mientras no se acude al dentista:
Es importante recordar que la prevención siempre es mejor que el tratamiento, por lo que una correcta higiene bucal y una dieta adecuada disminuyen el riesgo de infecciones bucales, caries, gingivitis y dolores de muelas. Cepillarse los dientes tres veces al día, utilizar la seda dental y los colutorios, y evitar los alimentos ricos en azúcares ayudará a prevenir la intensa molestia que supone sufrir un dolor de muelas.
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El bruxismo es el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes con mayor o menor fuerza, ya sea mientras estamos despiertos o bien durante el sueño de manera inconsciente. Es un trastorno que puede ser temporal aunque en algunas personas se convierte en crónico, con consecuencias sobre su estructura dental y su salud en general, sobre todo maxilofacial.
El bruxismo puede afectar tanto en edad infantil como en la adulta, aunque es más frecuente a partir de la adolescencia, y suele durar hasta los 40 años si no se convierte en crónica. Afecta a entre un 10% y un 20% de la población, pero se estima que el 70% de los adultos lo ha padecido en un momento u otro.
El bruxismo puede tener varias causas. Una de ellas es que los dientes presenten una mala oclusión por estar mal posicionados y, por tanto, choquen los unos contra los otros al morder o cerrar la boca, con lo que se ocasiona una tensión sobre la musculatura maxilofacial y un d esgaste de la piezas bucales. Otras causas apuntarían a una reacción alérgica que provocaría un cierre involuntario de la boca como protección.
Sin embargo, la causa que va ganando más peso en los últimos años relaciona el bruxismo con el estrés de la vida urbana moderna y las tensiones. De hecho los odontólogos constataron que durante la pasada crisis los casos de bruxismo aumentaron considerablemente entre personas con la dentadura en buen estado, debido a la angustia que generaba la incertidumbre laboral. En este sentido, el bruxismo sería una respuesta inconsciente y psicosomática a la tensión similar a la que se produce en una úlcera estomacal.
El bruxismo de índole psicológica, que es el que afectaría más a los adultos, puede darse de modo involuntario e inconsciente durante la vigilia, pero es más frecuente en su vertiente nocturna, cuando no podemos controlar los impulsos de apretar y rechinar de dientes, quizás en relación a sueños y pesadillas que gestionan las tensiones del día anterior.
Este es el más difícil de identificar, puesto que al despertarnos no somos conscientes de que lo hemos padecido y, por lo tanto, es el que más problemas nos puede producir tanto en la boca como en la musculatura de las mandíbulas e incluso en los oídos. Las principales consecuencias de este tipo de nocturno bruxismo pueden ser:
Contracturas en la musculatura de las mandíbulas y los hombros -trapecios- que pueden volverse crónicas.
Dolor en el tercio superior de la espalda e incluso la espalda en general.
Dolor mandibular y en la zona externa de los oídos.
Las mandíbulas se desencajan al abrir y cerrar la boca; a la larga se puede producir una degeneración del cartílago de inserción.
Cefaleas.
Molestias en las piezas dentales y las encías que pueden volverse constantes.
El bruxismo no siempre es fácil de detectar, al menos en sus primeras fases, que es cuando es más recomendable hacerlo para aminorar sus síntomas, sobre todo en lo referente a los casos degenerativos del cartílago y el desgaste del esmalte de muelas y dientes, ambos procesos irreversibles y que pueden llegar a ser muy pronunciados en algunos casos. Algunas pistas que nos pueden llevar a sospechar que padecemos bruxismo, y por tanto debemos consultar con un especialista son:
Dolor de cabeza matinal: sobre todo en la zona lateral del cráneo.
Sensación de presión sobre los tienes muelas al despertarnos:como si nos hubieran estado manipulando la boca.
Cansancio maxilar: sentimos que la mandíbula ha hecho un esfuerzo.
Al abrir y cerrar la boca notamos que la mandíbula ‘salta’ en su zona de inserción, a la altura de los oídos, como si fuera a desencajarse.
Contracturas o sobrecarga en los trapecios similar a la que padecemos cuando estamos mucho rato leyendo o trabajando en el ordenador.
Si nos miramos la superficie de los dientes en el espejo, notamos que están perdiendo su topografía característica y rugosa y se están limando.
Si experimentamos con frecuencia una parte de estos síntomas es recomendable acudir a un especialista para que busque una solución, que casi invariablemente pasa por colocarnos una férula de descarga, que no es otra cosa que un molde de resina de la parte superior de nuestra dentadura que nos acoplaremos por la noche al acostarnos y nos quitaremos por la mañana. La férula es lo bastante dura para soportar la presión y la erosión, evitando así el desgaste dental, pero también es capaz de absorber el impacto de la presión, descargando así a la musculatura y evitando el desgaste del cartílago.
Fuente: eldiario.es
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En Deltadent somos ocho profesionales expertos en todas las áreas de la odontología, dirigidos por tu dentista de confianza en Madrid: el Dr. Alberto Meriñán Sebastián, reconocido odontólogo a nivel internacional. Nuestro equipo de dentistas en Concha Espina Chamartín, altamente cualificado, junto a las más avanzadas tecnologías, consigue ofrecer siempre los mejores resultados posibles, tanto a nivel estético como de salud bucodental.
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