¿Te sangran las encías? Consejos para cuidarlas.

Consejos para cuidar el sangrado de tus encías.

En muchas ocasiones es posible presenciar un doloroso e innecesario sangrado ocasional en las encías, como en otras ocasiones un sangrado bastante constante en las mismas, que no solo puede tornarse bastante molesto, sino también claramente muy incomodo a la hora de higieniza la boca.
Las causas al tradicional sangrado de encías cuando los dientes son higienizados básicamente son bastante comunes, y volviendo a las generalidades, es posible encontrarlo en muchas personas.
De todas formas, antes que nada, y primeramente, es necesario mencionar que si una encia es sana, ésta por supuesto no sangra. Si se genera un sangrado en la misma con el cepillado, simplemente se esta presentando la señal de que algo no anda correctamente dentro de la boca.

Sea como sea, las causas han de ser unas pocas las más probables, siendo una de ellas la Gingivitis, producida básicamente por un acumulo de bacterias llamadas placa bacteriana, las cuales pueden observarse en el diente como una pasta blanquecina la cual se desprende con mucha facilidad, y que generalmente se presenta en la unión del diente con la encia. Claramente las consecuencias obtenidas son una encia inflamada y roja como respuesta de defensa del mismo organismo.

¿Tratamientos para la Gingivitis?

Y como suele suceder, la respuesta más acertada a este cuestionamiento es una correcta y adecuada higiene. Un aseo necesario todos los días y visitas no demasiado espaciadas al odontólogo hacen que el inicio de la Gingivitis no se agrave.
Es recomendable además una visita al odontólogo en donde se realicen tratamientos de eliminación de sarro y pigmentaciones de diferentes tipos (generalmente estas limpiezas suelen realizarse cada un año o incluso cada seis meses).
Por último, también existen otros factores que contribuyen al sangrado de encías. De esta forma todo lo que ayude a la acumulación de placa bacteriana y sarro promueve una aparición más temprana de la enfermedad. Las coronas mal adaptadas, arreglos con amalgamas, las piezas dentales rotas, prótesis removibles, entre otros.
Sea como sea, simplemente basta con tener dos recomendaciones básicas bien practicas en mente; un buen aseo de la boca para evitar la placa bacteriana, y una visita cada determinado tiempo al odontólogo para una revisión necesaria de las piezas y de la boca en general, evitando de esta manera la formulación de enfermedades o cualquier tipo de problema solucionable.

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